Fantasmas


Y ahí vas, en la mísera gloria de haber logrado estar vivo un día más, austero en tu sentir, turbulento en tu pensar, agitado, turbado, irrisorio; asustado, como un niño pequeño, de los monstruos que escondés abajo de la cama, asustado de asomarte y ver que no existen, allá vas, hacia quien sabe donde, pero allá vas, corriendo a los tropezones por caminos inventados que te llevarán siempre a lo mismo: a la mísera gloria de haber logrado estar vivo un día más.

Allá vas vos, y por este lado, sin que te des cuenta, corremos nosotros, a destiempo, pero corremos. Algún día, quizás, en un camino inventado nos crucemos y, si Dios quiere, tal vez empezaremos a correr a la par.

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