Exabrupto
Mirar, saltar, correr, gritar, cantar, girar, cantar cantar cantar. El qué dirán lo metió en un cajón (¡quién pudiera!) y salió de juerga por las calles del sol, llevando nada más que su desparpajo, repartiendo sonrisas a troche y moche, desgajando un corazón que explota en pedacitos para dejar caer unos retazos por allá, otros más acá, algunos los reparte entre amigos, otros los regala a desconocidos, algunos los guardará por las dudas y el resto los dejará flotar en el viento. Y encumbrada en la feliz agonía del corazón deshecho por y para otro, descubrirá con miedo que el pedacito que guardó en su bolsillo es muy pequeño.
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